Los armarios para mantenimiento de vinos o vinotecas se han vuelto un imprescindible en el sector hostero. En casi todos los restaurantes es muy habitual encontrar una amplia carta de botellas de vino, ya sea blanco, tinto, rosado, espumoso… con sus variadas y peculiares denominaciones de origen.
¿A quién no le gusta una buena copa de vino?
Pero sin embargo, no en todos sitios lo conservan en las mejores condiciones, o saben cómo hacerlo. Para ello la mejor manera de conservar un buen vino en condiciones óptimas es en armarios o bodegas de mantenimiento para vino.
Los armarios para vino, son electrodomésticos exclusivamente diseñados y pensados para conservar esta bebida en las mejores condiciones posibles, para apreciar todo su aroma y sabor. A pesar de que últimamente se ha convertido en un aparato que muchos hogares domésticos ya tienen, está pensado más bien para la hostelería para ayudar a que los comensales pueden disfrutar de buenos caldos.
Existen medidas y capacidades diferentes en cuanto a armarios y bodegas de mantenimiento de vino se refiere. Depende del espacio y la demanda que se tenga en el restaurante o complejo hostelero se puede optar por bodegas muy pequeñas desde 4 botellas, hasta armarios que pueden albergar más de 160 botellas.
¿Por qué es necesario e imprescindible disponer de un armario o bodega para mantener el vino en la hostelería?
El vino es un elemento vivo, en cuanto se embotella comienza a variar y a transformarse. Su apreciado atractivo y sabor está en esas reacciones químicas que se producen en él pero también suponen la causa de su deterioro. Por eso es importante conservarlo en un espacio diseñado exclusivamente para ello.
En la hostelería, como en muchos otros lugares a veces las condiciones climatológicas no son las idóneas. Existen variantes que pueden provocar una temperatura más alta de lo normal o desajustes bruscos de temperatura que podrían provocar un efecto adverso en la calidad del vino.
Por eso es importante disponer en cualquier restaurante de un buen armario para mantener el vino cuyo objetivo será de preservar las condiciones de humedad, de temperatura y de iluminación ideales para que el caldo esté conservado a la perfección. La botella se mantiene de esta manera en unas condiciones de conservación constante y separada de cualquier elemento que pueda alterar su sabor.
Aunque pueda parecer un electrodoméstico similar a una nevera corriente no tiene nada que ver, este tipo de bodegas tienen muchas características que las hace únicas.
¿Ventajas y características únicas de un armario de mantenimiento para vino?
Por ejemplo, estos armarios tienen baldas donde el vino se conserve en horizontal y el corcho esté siempre en contacto con el líquido y no pierda nada de humedad.
- La humedad interior está siempre controlada de forma constante entre un 65% y un 75%. De esta manera no se seca el corcho evitando que entre aire en la botella.
- Pueden adaptar su temperatura a los distintos tipos de vino que se guarden en él. Aunque la temperatura ideal media suele ser de 14º, cada vino es particular y tiene sus propias necesidades. Ofreciendo muchos de ellos una horquilla que puede oscilar entre los 4 °C y 18 °C. En su interior incorporan carbón activo que es un componente esencial para evitar que el vino esté en contacto con olores fuertes.
- Disponen de sistemas de protección ante los rayos UVA, para evitar que la exposición directa a la luz solar pueda deteriorar el vino.
- Tienen un compresor que no emite vibraciones continuas manteniendo las botellas en completo reposo. Algo esencial para que su sabor se conserve intacto.
- La circulación del aire es constante y uniforme básico para conservar el vino.
Que grandes momentos supone tomar una copa de vino en condiciones. A nadie le gusta, cuando se siente en la mesa de un restaurante, que le sirvan un vino demasiado caliente, ni tampoco demasiado frío, ya que apenas se percibe su sabor.
Por eso, estos armarios son perfectos para poder conservar el vino a su temperatura óptima y es que cada tipo de vino requiere de una temperatura diferente. De esta manera, un vino espumoso, cava, de aguja, blanco o rosado, se debe consumir a una temperatura de unos 8ºC, mientras que un tinto joven se consumirá a unos 9ºC y un tinto crianza, a unos 15ºC.